Perseverancia
Se conoce como perseverancia a la duración permanente o continua de una cosa o la firmeza y constancia en una acción.
El término perseverancia proviene del latín perseverantia.
La perseverancia es sinónimo de constancia, persistencia, firmeza, dedicación y tesón. En este sentido, se aplica tanto
en las ideas, como en las actitudes, en la realización de algo, en la ejecución de propósitos o en las resoluciones del ánimo.
El término perseverancia puede ser empleado en cualquier circunstancia de la vida. Para ser perseverante se debe tener un
objetivo claro o una meta que justifique el esfuerzo o dedicación en un período de tiempo generalmente extenso. Es por ello
que se dice que la perseverancia es la clave del éxito en muchas situaciones, a pesar de que lo importante es saber cuándo perseverar
y cuándo no.
De esta manera, perseverar también puede ser negativo. Una persona puede gastar mucho esfuerzo y tiempo en algo que no produce ni va
a producir ningún resultado. Por lo tanto, una persona debe saber no sólo cuándo perseverar, sino también hasta qué punto abandonar
el proyecto u objetivo. Así, centra sus esfuerzos en otras estrategias para alcanzar el objetivo deseado y rescata lo aprendido frente
a los errores cometidos.
La perseverancia es un valor importante que forma parte del desarrollo de la persona y de las relaciones interpersonales. En toda relación
se presentan conflictos y es necesario tener perseverancia y control para resolverlos y no tener miedo al fracaso o a los errores para
superarlos y así mejorar y crecer personalmente.